Se encerró con su expareja en un vehículo, la mató de un disparo y luego se suicidó
Tragedia sentimental en sector popular de Montería.
En el interior de su vehículo, una camioneta Kia de alta gama, con el equipo de sonido a alto volumen, y el aire acondicionado encendido, un comerciante dio muerte de un disparo de arma de fuego a su expareja sentimental, y luego se suicidó disparándose en la cabeza con la misma arma.
El trágico episodio ocurrió en horas del mediodía de este miércoles 16 de febrero en el barrio Galilea, un sector popular del sur de Montería, reportó la Policía.
La mujer fue identificada como Linda Evelyn Guzmán Coronado, una agraciada jovencita de cuerpo esbelto y cabello rubio; mientras que el señalado responsable de la tragedia respondía al nombre de Gerardo Luis Vargas, próspero y conocido negociante de Montería que se dedicaba en especial al préstamo de dinero al interés.
La pareja, de cuya unión queda una niña de 10 años, no convivía, pues había roto la relación recientemente, dijeron familiares de Linda Evelyn.
La versión sobre el momento que antecedió a la tragedia es que el prestamista Gerardo Luis Vargas llegó a la casa de la expareja, estacionó bajo la sombra de un árbol su vehículo, la camioneta Kia de color gris, placas JBP-318 y vidrios polarizados.
Solicitó por ella, la invitó a subir al carro, y comenzaron a dialogar al parecer con la intención de recomponer la unión, pues Linda Evelyn les había manifestado a sus familiares el interés de este de volver a estar juntos, lo cual no estaba dispuesta aceptar.
A nadie se le ocurrió pensar que la camioneta debidamente estacionada frente a la casa, y muy cerca de un CAI de la Policía, iba a ser escenario del terrible acontecimiento.
Todos creían que la pareja dialogaba para tratar de arreglar la relación, y por eso tampoco se extrañaron cuando desde afuera alcanzaron a percibir la música a alto volumen que provenía del interior del vehículo.
Sin embargo, pasado varios minutos a una hermana de Linda Evelyn Guzmán Coronado le llamó la atención un hilillo de sangre que alcanzó a ver salía de la puerta del conductor.
Trató de abrirla y encontró que todas estaban aseguradas desde el interior, golpeó repetidamente y como no encontró respuesta, pidió ayuda.
Procedieron entonces a romper el vidrio de la camioneta para abrir la puerta, y lo que descubrieron los llenó de dolor e impotencia: ante sus ojos tenían el cuerpo ensangrentado de Linda, y a un lado el que hasta hace poco era su pareja sentimental.
Enseguida se dieron cuenta que no había nada que hacer, ambos estaban muertos, y lo de la música a alto volumen fue maniobra de Gerardo Luis para que el sonido de los disparos no fuera escuchado en el exterior.
Sin embargo, peritos judiciales que llegaron a conocer el caso manifestaron que el arma utilizada por el comerciante para asesinar a la mujer y luego suicidarse, estaba provista de silenciador.
“Como que tenía todo maquinado para que no se sintieran los disparos”, dijo uno de los encargados de la diligencia de levantamiento de los cadáveres.
El caso causó consternación en Montería porque involucró a una pareja joven, ella una chica muy atractiva, y él un afortunado hombre de negocios a quien la vida le sonreía; además porque alteró el futuro de la niña de 10 años, hija de la pareja, que padece a tan corta edad esta situación tan dramática.